No vi a nadie más que a tu mirada, sentí que el tiempo se paro y mi corazón latía a mil por segundo. Al fin te acercaste, después de tantas idas y vueltas, te paraste frente a mí y pensé tanto esperar creo que valió la pena”. Las miradas se cruzaron, me puse tonta pero sucedió. Tus labios sintieron los míos, fue como fuegos artificiales dentro de mí, fue mágico… Esos besos que me diste no se olvidan. No quería soltarte y tampoco quería que termine, quería seguir acariciando tu pelo y que dure una eternidad. Pero cuando acabo nos reímos como dos tontos, como siempre que estamos juntos. Me pones loca, demasiado. Porque das esos besos tan dulces y suaves, esos que me dan tranquilidad, que me hacen necesitarte.