¿Sabes? Si me pusieran delante una fila de gente
importante que se cree tan lista que es capaz de definirlo y explicarlo todo
con números, teoremas y leyes físicas... Si los tuviera a todos delante y todos
me hicieran la misma pregunta: "¿Qué sientes
por él?", te aseguro que para todos tendría una respuesta.Si el que
preguntara resultara ser un médico, le diría que tú eres la máquina de oxigeno
que necesito para poder sobrevivir, que tus susurros en mi oído resultan
vitales para mantenerme consciente, que cada vez que tus labios rozan los míos
sufro un minúsculo paro cardíaco, y que tus manos bajando por mi barriga justo
después son como la descarga que me revive. Que
estoy conectada a una máquina que me mantiene con vida y se llama
"tú".¿Y si fuera un psicólogo? Entonces le confesaría que
estoy completamente enganchada a ti, que necesito rehabilitación para sacar tu
sonrisa de mi cabeza al menos 15 segundos al día, que por las noches sueño con
tu boca, con tus labios, y besarlos, y que
el único somnífero que me calma y me deja dormir es tu cuerpo junto al mio,
toda la noche y parte de la mañana siguiente. Que eres mi adicción, mi droga.Si quien pregunta es un arquitecto, le
diría que no le encuentro ningún defecto a tu cuerpo,
que tus brazos son el mejor refugio para el frío y que están
perfectamente pensados para que yo encuentre mi hueco entre ellos y me sienta
tan segura y tan cómoda que podría pasarme ahí miles de horas.Y si viniera un
matemático, con sus teorías y sus leyes lógicas, le diría que la única ley que
entiendo es que Tú + Yo = 1, y que Yo - Tu = 1/2.¿Un filósofo? También podría
responderle. Le diría que solo existe una filosofía de vida, y es vivir cada momento que me queda a tu lado. Y me da igual que el mundo se empeñe en rebatir
mi teoría con planteamientos absudos, porque para mí quien importa eres tú. ¿Y
lo que siento? No se explica. Se vive, se sueña y
se siente.